16/10/09

Capítulo 20.-Animales

AQUI OS DEJO EL PROXIMO CAPITULO XK NO VOI A PODER ACTUALISAR MAÑANA
ADVERTENCIA: esta novela no es mia,, yo nola escribi ok,, aki no hay nada de vampiros licantropos ni nada de eso,, todos son humanosy lo mas importante tiene algunas partes puessubidas de tono XD asi ke ustedes saben si la leen o no ok bueno espero ke les guste
SUPER HOT
SUPER HOT
SUPER HOT
PICANTE PICANTE xD
SUPER HOT XD
Capítulo 20.-Animales
Allí estaba Edward, guardando la ropa en su armario, de espaldas a mi y sus boxers, se veían nuevos le quedaban muy bien en ese trasero que tanto me gustaba. Se giro al notar que ya había salido del baño. Por delante estaba mejor, era obvio. Su cuerpo descubierto solo tapado por su calzoncillo de Calvin Klein azul, que le quedaba realmente bien.Su voz ronroneo cuando me vio. Su mirada se torno negra de deseo por mi.-Edward.-le dije lo más sensual que pude.-¿Te gusta tu regalo de cumpleaños?-le dije mientras hacia posturas y me giraba para que viera todo mi atuendo.La verdad el conjunto de lencería que llevaba era bastante sencillo, pero sexy. Era un sujetador de raso y puntilla lencera que tapaba de forma mínima, un poco más que el pezón. Además llevaba también un tanga bastante pequeño, de raso. Todo era de color azul y me había dado cuenta que íbamos del mismo color.Edward me miro, mientras se mordía el labio y se pasaba su mano por su miembro, destacando que este estaba empezando a crecer considerablemente. -Alice trajo esta mañana tus cosas.-dijo mientras se acercaba a mi.- Me dijo que te dijera, que miraras aquello que te había puesto allí.Antes de que me tocara, lo empuje en la cama y lo deje allí, con ganas de poder tenerme con él. Hice caso a lo que se supone que Alice me había dejado en la mochila y allí vi que me había dejado algo así como dos pañuelos largos y me había dejado una nota: “Juego a ser policía”. No me lo podía creer, esos pañuelos eran para atar a la cama a Edward.-Cariño.-dije cogiendo las esposas improvisadas.- Ahora vas a pagar el haberme dejado una semana entera sin ti.-dije acercándome a su cama, donde él estaba tumbado con las manos tras la cabeza, esperándome.Me subí encima de él, poniendo cada una de mis piernas al lado de su las suyas. Vi que sus manos iban directas a tocarme, pero las cogí antes para atar cada una de sus manos al cabecero de la cama.-¿Qué pretendes?.-me dijo Edward con voz ronca y muy sexy.- ¿Volverme loco a estas horas de la madrugada?Me acerque a su oído, aprovechando para rozar nuestros sexos por encima de la ropa por el movimiento de inclinación y le susurre un leve si, seguido de un mordisco en el lóbulo de la oreja. Eso hizo estremecer a Edward e intentar mover las manos, pero no se acordaba de que sus manos estaban ligadas al cabecero, moviendo este levemente. A mi también me estaba volviendo loca su cara y sus gestos. Sus suspiros y sus leves jadeos. Además su sexo estaba cada vez más grande y yo lo había echado mucho de menos.Me acerqué a su boca con verdadera intención de besarlo, de forma lenta y pausada, pero a él, mi lentitud le ponía de los nervios, así que cuando noto mi respiración cercana a la suya, alzó la cabeza, lo poco que le permitía el movimiento con sus brazos atados. Ese beso se volvió cada vez más pasional y excitante. Su lengua y la mía jugaban a un juego sin fin, con intención de seguir aquel momento pasional. Pese a estar atado por las manos, sus piernas quedaron libres, por lo que las movió, flexionando las rodillas, lo que provoco que su gran miembro se clavara en mi sexo, necesitado de las caricias que provocaba su cuerpo en mi. Al hacer ese movimiento, también provoco que yo me moviera y mis pechos quedaran a la altura de su pecho.-Quitate el sujetador.- no me lo pidió como un favor, si no que fue una orden. Sabía que quería poder besar mis pechos y yo quería sentir sus labios y su lengua en todo mi cuerpo.Sin mover mucho mis pechos de su cara, mi sujetador desapareció y Edward no tardó ni un segundo en poseer mis pechos con su boca y su lengua. Mis primeros gemidos y jadeos pronunciados empezaron a salir de mi boca y los de Edward tampoco se quedaba cortos y más, cuando él seguía disfrutando de mi pecho y yo empece a mover pronunciadamente mis caderas alrededor de su sexo. -Bella, desatame.- me dijo pidiendo por favor.- Necesito tocarte.Me reí de forma malévola y me quite de encima de su cuerpo, haciendo que Edward gimiera de tristeza. Mi mirada fue a parar a su sexo, más duro y abultado que nunca, lo necesitaba tener entre mis manos y en otras partes de mi cuerpo. Me puse entre sus piernas y coloque mis manos en su trasero, empezando a bajarle ese boxer que tanto me había gustado. Cuando se quedo completamente desnudo ante mi, no dude en directamente coger su miembro con mis pequeñas manos ante aquel gran compañero de viajes.Edward gimió cuando noto que yo empezaba a mojar su sexo con mi boca, cuando me lo lleve poco a poco a la boca, empezando por su punta y poco a poco, y cada vez más. porque empezó a hacer movimientos de cadera hacía arriba, cada vez más rápido, pero de repente paro y lo que sentí, me dejo impactada. No podía ser posible...pero me encanto su gesto. No sabía como, pero sus manos estaban sueltas, y se habían colocado en mi cabeza, cogiendo mi pelo, para guiarme como el quería. Me estaba encantado aquello que le estaba haciendo y a él, también.-Ahhh...Bella, sigue, sigue.-dijo gimiendo como un poseso.- Estoy apunto.-aquello me encanto, me encantaba saber que aquello le gustaba y que yo le hacia sentir aquello.- Ahh, ohhhh, Be...Bella.-dijo todo gimiendo y hablando con una voz ronca. Edward llegó al orgasmo, mientras yo seguía allí, esperando algo también, pero aquel no era mi cumpleaños.Después de eso, Edward no me dejo respirar, porque me giro en la cama y me arranco de un tirón las bragas, que descubrí que había roto. Ahora estábamos los dos en igualdad de condiciones , desnudos y él me estaba dando placer a mi.Sus labios me besaron urgentemente, con pasión y desenfreno, mientras una de sus manos fue bajando por mi cuerpo. Se paro en el pecho, y lo acarició con fuerza, mis gemidos lo estaban volviendo loco y volviendo a excitar. Sus manos bajaron hasta mi sexo, y cuando note dos de sus dedos en mi interior, mi espalda de arqueo y él ser rió al ver lo que hacía, dejando mi boca abierta, con un jadeo que se quedo en mi garganta. Pero Edward hizo que ese jadeo, convertido en gemido, bajando su lengua, desde mi boca hasta mi sexo. Empezó a lamer como si se le fuera la vida en ello, mientras seguía dándome placer con los dedos. En unos segundos, llegue, al igual que había conseguido él. Pero después de aquello, no me dejo descansar. Cuando yo estaba recuperando mi respiración, Edward me cogió por la cintura y me puso de tal forma, que yo quede tumbada boca abajo y él detrás de mi, cogió los pañuelos y me ato él las manos, dejándome indefensa ante él. Me coloco el las piernas como quería, me hizo el amor como un auténtico animal. Cuando note su sexo entrando en mi, en aquella postura, no pude evitar gemir, prácticamente gritar. Aquello me estaba haciendo disfrutar como nunca con el sexo. Edward cada vez iba más rápido, cogía mi cintura y cada vez sus gemidos, sus manos y todo su ser eran mas impacientes y rápidas. Notaba todo su cuerpo detrás de mi, sudando y temblando, junto al mio. Ambos llegamos de nuevo al orgasmos, gimiendo como dos auténticos animales en celo.Caímos los dos en la cama, respirando agitadamente y casi ahogados. Su cuerpo y el mio estaba completamente sudado y cuando nos miramos, los dos sonreímos y abrazados, dimos un último vistazo al reloj. Ya estaba amaneciendo. Habíamos estado cerca de dos horas, allí en su cama haciendo nuestras travesuras animales. Caímos los dos en la cama, y nos dormimos en cuestión de segundos.
Capítulo 21.- Situaciones
Al día siguiente, cerca de las 12 del mediodía, un gran haz de luz me atravesó los ojos, haciendo que me despertara. De repente, Edward también se despertó bruscamente, por un fuerte sonido que indicaba que alguien había subido la persiana.-¡Mama!-dijo Edward cuando entreabrió un poco los ojos y la vio allí delante, con cara de enfado y con los brazos en forma de cuenco.-¡Queremos dormir!-Haberlo pensado antes de estar ayer dos horas tan pesados.-dijo con cierto tono de vergüenza.- Nosotros también queríamos dormir y no podíamos.Entonces me acorde de a que se refería. Edward y yo habíamos estado dos horas la madrugada pasada jugando como dos auténticos animales y no nos habíamos acordado que no estábamos solos. De la vergüenza que sentí en aquel momento, cogí con fuerza el nórdico y me lo subí, hasta tapar prácticamente toda mi cabeza.Nos quedamos allí tumbados, con intención de dormir un poco más, pero su madre no nos dejó, pero si nos quedamos un rato más tumbados. Edward me abrazó y pudimos los dos notar, que estábamos desnudos. Me reí y vi que Edward estaba haciendo el tonto. Se estaba haciendo el dormido, como si estuviera roncando con la boca abierta. Me acerqué con intención de darle un beso en el labio inferior, pero Edward empezó a hacerse el gracioso, cerrando la boca de golpe, haciéndome daño e incluso sangre.-¡Ahhh!.-dije apartando mi boca de la suya y tocándome el labio.- ¡Me has hecho daño!¡Mucho daño!-Perdón.-dijo abrazándome y dándome besos en la cara y acercándose a mi boca.- Perdón, de verdad, no era mi intención hacerte daño.-Calla, aquí la única que tiene que pedir perdón soy yo. No debería haberte montado aquella escena. Perdón, de verdad.-dije dándole un gran beso, haciendo que se callara, para seguir besándolo hasta que decidimos irnos a la ducha, por separado, no queríamos montar otro escándalo y que su madre se volviera a enfadar con nosotros.Cuando terminamos de ducharnos, nos vestimos y bajamos a desayunar, y después teníamos pensado irnos a dar un paseo, ya que Edward por fin me iba a enseñar aquel coche que tenía oculto, para que yo no reactivara mi pensamiento que tenía hacia él, de niño mimado y arrogante.-¿Qué tal se lo pasaron?.-dijo su padre cuando nos dio dos tazas para servirnos.- ¿Habéis dormido bien?.-dijo con un tono de humor-¡Carlisle!No es para tomárselo a broma. Fue un acto vergonzante y deberíais haber tenido más tacto¿Más tacto?, pensé recordando la noche anterior...eso era imposible. De repente note como mis mejillas se tornaban rojas al recordar la noche y el ruido que habíamos hecho. Además, el que Edward estuviera atado, provoco que se moviera más la cama y diera contra la pared y el suelo-Perdonar.-dijo Edward también avergonzado.- No volverá a pasar. Perdimos la cabeza y no nos dimos cuenta-Eso espero y ahora, venga. Carlisle mi vida, deja a los niños y vamos a recoger todo el estropicio de la sala de baile-¿Os ayudamos?.-pregunte dispuesta a hacer algo para que olvidaran lo de la noche anterior. ¿Cómo no nos dimos cuenta?-No hace falta.-dijo Esme riéndose.- Iros por ahí a retozar como dos animales.- esta vez lo dijo con un tono de humor, que hizo que yo me avergonzara y ocultara mi rostro en el pecho de Edward, que me recibió con los brazos abiertos.Desayunamos mientras nos mandábamos miradas cómplices de amor y de deseo, hasta que no pude más y se lo deje claro-¡Ya vale!-dije saltando de la misa, provocando el derrame del contenido de la taza.- ¡Es que no sabes que no puedo resistirme a tus miradas!¿No te quedo ayer bien claro, que estoy a tus pies?¡Mira lo que hicimos!¡Ayer nos acostamos, dejamos surgir nuestra pasión y mira, si no nos ha oído todo el vecindario, incluso Emmett y Rosalie, ya puedes ir jurando!-Bella, ayer no nos acostamos.-me dijo cuando sentí sus manos en mi cintura.- Esta noche, lo que hemos hecho es pegar un buen polvo como debe ser.De repente mi cara se torno de color carmín, volviéndose cada vez más y mas colorada, hasta volver a su color normal.Le pegue un puñetazo en el brazo a Edward, haciéndome un poco de daño y nos fuimos de su casa, hasta la mía con su cochazo. Era un Lamborghini Murcielago y por supuesto, en color negro.Me quede de piedra cuando le dio a la llave y las puertas se abrieron para arriba. Aquello ya supero todos mis pensamientos sobre él.Una semana después, tras pasarla bailando y con Edward, además de con mis amigos, era sábado de nuevo. La semana después del cumpleaños de Edward, había sido normal, incluso aburrida. En clase, cada vez nos pedían cosas más complicadas, que exceptuando en clásico, a mi me costaban pero para algo nos ayudábamos mutuamente. El final de ese primer año estaba cada vez más cerca y realmente aquello simple era una preparación para todo lo que nos esperaba fuera. A mi ya me habían dicho que debería entrar en el conservatorio de baile, en París, Francia, pero aquella no era mi idea. Yo no quería moverme de Estados Unidos y mucho menos quería dejar a mis padres aquí, sobre todo a mi padre, que estaba sólo en Forks.Pues ese sábado, Edward no me había llamado, no me había mandado un mensaje y ya era bastante tarde, cuando tocaron el timbre.-¡Rose!.- dijo Alice que fue la que abrió.- ¿Qué hacéis por aquí?.-miro sus caras y Alice gritó.-¡Claro pasar, vamos a pasar una tarde estupenda!Cuando vi que Rose y Emmett estaban en casa, para pasar la tarde juntos y Edward no había venido, me extrañe.-Rose, ¿dónde esta Edward?.-dije triste sentada en el sillón.-¿Porqué no ha venido?-Edward se estará recuperando de la fiesta que tuvisteis el sábado pasado.-dijo Emmett mirándome con cara de chiste, y ese comentario provoco la risa de Rose.-Anda que os cortáis.-dijo esta.- Ya nos contó mi tía, que no les dejasteis dormir.-¿De que va eso?.-dijo Alice tras oír toda la conversación-Nada.-dije avergonzándome. De esta me iba acordar toda la vida y a partir de entonces, Edward y yo únicamente mantendríamos sexo, cuando estuviéramos solos y alejados de la gente.-¡Contar ahora mismo!.-dijo Jazz animándose también a entrar en la conversación.- Emmett te apuesto 20$ a que Alice le dio la genial idea de jugar a ser policia.-dijo mirando a Alice con verdadera mirada lasciva.-¡Bueno ya vale el reírse a nuestra costa, y encima cuando Edward no está para defenderse!.-dije poniéndome de pie.- ¿Me vais a decir donde esta Edward?-Si, venía con nosotros, en su coche, pero de repente de desvió y nos mando un mensaje diciéndonos que ahora después venia, que tenía que ir al barrio.¿Al barrio? Me pregunte en mi mente, aquello no tenía ninguna pinta de ser bueno. Corriendo me puse unas zapatillas de deporte, una chaqueta y le cogí las llaves del coche a Jazz, tenía el permiso pero aquí no tenía mi coche.-¡Cuidame el Ferrari!.-dijo antes de cerrar la puerta dejando de oír sus voces.Baje corriendo hasta el coche de Jasper, tropezando varias veces, pero tuve la buena suerte de no caerme en ningún momento. Después me daría un premio a mi misma, ahora no tenia tiempo. Algo se estaba cocinando en mi loca cabeza llena de pensamientos y no era nada bueno. En cuestión de pisar levemente el acelerador, el coche se puso a 120km/h. No sabía conducir un coche con tantos caballos. Me costó llegar hasta el famoso barrio, en aquel momento un poco vacío, pero me dirigí al club donde me había llevado Edward la primera vez y allí estaba su Volvo plateado. Justo delante de la puerta.Aquello no tenía buena pinta.
CONTINUARA.............

No hay comentarios:

Publicar un comentario